Evers Rivas – Spanish

La historia de Evers Rivas Sigaran

This translation has been done thanks to the collaborative work of the students Milagro Holmes, Kati Horning, Anna Hudson, Allegra Hunter, Mikala Miller, Emily Pattavina, Anani Serbeniuk and Anabel Torijano.  It has been edited by Dr. Esperanza Roncero.  Nazareth College, East Rochester, NY

“Muchos jóvenes tienen entrenamiento y han estudiado una carrera, pero no tiene oportunidades de trabajo.”

Nota del editor: En el momento en que escribimos estas palabras, el café es la cosecha agrícola que genera más dinero en El Salvador.  En la ladera de un volcán, su producción varía dependiendo de las volátiles condiciones climáticas que pueden llegar a ser depresiones tropicales graves y huracanes.  Recientemente, este zona de El Salvador sufrió una plaga del destructivo escarabajo Boca y en este momento están luchando contra una plaga fúngica llamada Roya, a la que se la conoce comúnmente como “óxido de la hoja de café.  Esta plaga se está extendiendo sin control por todo el país y ha afectado al 70% de los árboles de café.  Aunque los árboles lleguen a producir el grano del café y a madurar, la calidad de esos granos es inferior y el sabor se ve afectado.

Después de trabajar y de vivir en esta finca por muchos años,  he llegado a apreciar todos los aspectos relacionados con la cosecha del café, desde la plantita de una sola hoja en el invernadero hasta los muchos permisos de exportación que se necesitan para enviar los granos maduros y secos para que hagan el cupping.  Todo esto representa una gran cantidad de responsabilidad para el mayordomo o mandador de la finca.  Como si no fuera poco el tener que cuidarse de las plantas, también se tiene uno que preocupar de los trabajadores a diario.  El problema más serio sería si las cosechas fracasaran de forma regular causando que los trabajadores se vayan a otro lugar para poderse ganar la vida.  { Muchos centroamericanos de las zonas rurales han tenido que emigrar a las ciudades o a otros países por esta razón.}

Para ser una persona que tiene tan solo unos veinte años, Evers ha aceptado con seriedad  esta responsabilidad de tener que dirigir todo el proceso de producción de acuerdo a las demandas de los dueños de la finca.  De hecho, Evers acepta la responsabilidad de este puesto con humildad, con gusto y mostrando capacidad para ello.

Soy uno de diez hermanos (siete hermanos y dos hermanas) y nací en esta finca de café el 18 de abril de 1986.   Cuando era un niño era muy difícil conseguir las cosas más básicas para la familia.  Como la mayoría de los niños en aquella época, tan solo asistí a la escuela hasta el quinto grado y después tuve que empezar a trabajar para ayudar a mantener a mi familia numerosa.  Observé y aprendí con mi padre y con otros que trabajaban en la finca haciendo trabajos diferentes en ella.  Por ejemplo, cuando era un adolescente, aprendí a cargar un machete y ayudé al grupo que corta en la sombra.

(El padre de Evers nos cuenta una historia graciosa de su hijo) “Alguno de sus amigos le dijeron que se pusiera un grano de maíz dentro de la nariz.  El se lo metió y después de un tiempo se le infectó la nariz.  Nadie sabía cómo sacar el grano.  Por fin, alguien sugirió que la única forma   era que con mi boca creara un vacío en su nariz para que saliera.  Funcionó (los dos se ríen.)

El primer dueño de la finca del que me puedo acordar era Don Daniel Quirós.  El era de El Salvador, pero vivía en Estados Unidos.  Venía a la granja de vez en cuando por unos días y después regresaba a los Estados Unidos.  Los dueños de la finca ahora viven aquí todo el año y se interesan en la vida personal de sus trabajadores.

Ese interés se volvió una gran preocupación cuando en 2008 tuve un grave accidente en el trabajo.  Por supuesto que hay una serie de riesgos en este tipo de trabajo.  Todos los trabajadores estábamos rociando las malas hierbas con un herbicida y un poco me entró en los ojos por accidente.   Gracias a Dios los dueños de la finca se preocuparon por mí y estuvieron atentos a lo que me pasaba.  La dueña de la finca me llevó en coche a un especialista de los ojos que trabajaba fuera del pueblo y me puso en una medicina por un mes.   El doctor me dijo que si no hubiera ido cuando fui, podía haber perdido la vista para siempre.  Le estoy muy agradecido a los dueños de la finca por ayudarme tanto a mí con el tratamiento como a mi familia mientras no podía trabajar.  No tenían por qué haber hecho todo eso, pero eran gente decente que se hicieron responsables de mi familia.  Desde entonces no he tenido ningún otro problema con la vista.  Tampoco he tenido ningún otro accidente grave desde entonces, tan solo algunos cortes pequeños como los que uno se hace con una piedra.

La razón por la que terminé en el puesto que tengo ahora en la finca, es debido a un trágico accidente que le ocurrió a nuestro mandador/mayordomo en el año 2010.  Una mañana, él estaba manejando su camión al trabajo cuando alguien chocó contra él y lo mató en el acto.  Los dueños de la finca necesitaban a alguien que llevara la finca y me eligieron a mí para que lo hiciera.  El mandador anterior y yo habíamos tenido una muy buena relación y yo había aprendido mucho de él.  Gracias a Dios, los otros trabajadores aceptaron que me eligieran para ese puesto y nunca me han mostrado ni resentimiento ni celos.  Entienden la situación y me tratan con respeto.

El que los dueños de la finca hayan confiado en mí y me hayan ofrecido este trabajo significa mucho para mí y para toda mi familia.  Estoy muy contento y muy agradecido de que me hayan dado esta oportunidad.  Ellos también me están ayudando a aprender otras cosas para que entienda mejor todos los aspectos de esta operación.  Se aseguraron de que tomara clases de manejar para que consiguiera una licencia de manejar.  Para nosotros es muy importante poder manejar el camión de la finca.  También he tomado clases sobre el cacao en Sonsonate  por tres meses, y clases en la capital sobre marcas de café.  Además, el trabajar en este puesto tiene un beneficio y es que mi familia puede vivir en la finca en una casa que nos dan.  Estoy muy orgulloso de poder hacer bien mi trabajo.  Trabajo muy duro y he podido hasta ahora hacer todo lo que me han pedido.  No sería raro que despidieran a alguien, pero este no ha sido el caso todavía.

{Hace poco, Evers tuvo que destruir ocho acres de árboles de café debido a la plaga que está invadiendo los árboles de América Central y del Sur. Esto fue muy duro para él, pero un  agrónomo entendido en estos temas  al que la finca contrató como consulto,r le aseguró que en dos años eso árboles volverían a producir otra vez.  Lo que Evers sueña es que  la finca esté “llena, llena, llena de café y de granos rojos por todas partes.” Hoy día, hay 75 acres de café.}

Yo mando sobre los cinco trabajadores a tiempo completo de la finca, y durante la ocupada temporada de la cosecha sobre unos 20 o veinticinco más.  Mi padre todavía hace un poco de trabajo a nivel temporal en la finca haciendo cosas como cortar cocos de las palmeras.  Dos de mis hermanos continúan trabajando aquí también.  Una de mis hermanas recoge café durante la época de la cosecha. {El café requiere de un proceso que incluye, plantar, quitar malas hierbas, fertilizar, cosechar de forma selectiva a mano, limpiar, clasificar, secar, valorar, mezclar, almacenar y enviar.}  Además, yo también ayudo en el tiempo de contratar a trabajadores y cuando los otros dueños de fincas pequeñas empiezan a mezclar sus granos con los granos de nuestra finca para conseguir una mejor calidad.  Yo soy el que inspecciona el  grano que se va a recoger y el que organiza la recogida del grano.  Hasta tengo mis tarjetas de visita para que me puedan contactar directamente.

Marisol y yo formalizamos nuestra relación esta primavera.  Esto me ha permitido darle a mis dos hijas, Wendy y Andrea,  mi apellido [3].

{En El Salvador es tradicional tener dos bodas: la primera boda es por lo civil y unas semanas más tarde se tiene la segunda boda en una iglesia.   A finales de marzo del 2013, Evers y Marisol tuvieron la primera de sus dos bodas.  La boda por lo civil duró dos horas y media y la llevó a cabo el alcalde local el cual enumeró las responsabilidades que Evers tendría que asumir como padre de familia.  Su reacción fue que “se sentía muy feliz y que se iba a tomar ahora más en serio su papel de padre de familia.”

La boda formal la llevó a cabo el pastor en 11 de mayo del 2013.  ¡Esperaban que vinieran 150 invitados, pero llegaron 300! Había seis adorables niñas vestidas de color turquesa rodeando a Marisol y entre ellas estaban sus hijas, Wendy y Andrea.  Los dueños de la finca se encargaron de este día y Evers les pidió que hicieran de Madrina y de Padrino en la boda, que les dieran los anillos durante el servicio y que les pusieran el lazo “yugal” alrededor de sus cuellos para significar que la pareja vivirían la vida juntos como un matrimonio.}

Antes solía ir a misa, pero poco a poco fui perdiendo el interés.  Ahora he vuelto  a ir de nuevo y voy allí andando varias noches a la semana para asistir a los servicios.  De hecho, uno de mis sueños es asistir un Instituto de la Biblia para poder estudiar la Biblia y aprender más sobre ella.  Está a 45 minutos de aquí.

Otra cosa que de vez en cuando considero  es hacerme un oficial de policía.  Cuando era un niño quería ser uno porque me gustaba el trabajo, el uniforme y el equipo que llevan.

{Los dueños de la finca nos dicen que están haciendo planes para que Evers pueda completar sus estudios y que pueda recibir su diploma.}

Me gustaría que nuestras hijas recibieran una educación y que tuvieran una carrera.  Mi hija mayor ya está muy interesada en leer.  La escuela nacional es gratis hasta el sexto grado y eso incluye dos uniformes y un par de zapatos al año.  Después del sexto grado cuesta 300 dólares mandar a los niños a la escuela.  Mi consejo para ellas al hacerse mayor es:

“Cuando se hagan mayores, hagan lo que sea mejor para el país.  Estudien una buena carrera, eviten las malas influencias.”

Mis esperanzas para El Salvador es que las personas que tienen necesidades puedan tener opciones de trabajo y para vivir.  Me gustaría poder ayudarles a conseguir eso.  Necesitamos más oportunidades para los jóvenes. Mucha gente joven tiene destrezas y tienen una carrera, pero no tienen ninguna oportunidad para poder trabajar en  lo que saben.  El gobierno está tratando de cambiar esta situación y de ayudar a los jóvenes y a las mujeres.

Cuando era niño, nuestra situación económica era muy difícil.  Algunas veces no teníamos nada que comer o no teníamos ropa que llevar porque mi familia era muy grande.  Me siento satisfecho de la situación económica que tengo ahora porque es mejor que la que tenía cuando era niño.  No puedo darle a mi familia todo lo que quisieran, pero puedo cubrir todas sus necesidades básicas y eso me hace sentirme satisfecho.

Algunas veces he pensado en emigrar a los Estados Unidos.  Puede que ir por algún tiempo  sea una buena opción para mí.  Me han dicho que puede ser muy difícil conseguir un trabajo si no se tienen papeles.  Creo que lo que más me gusta de El Salvador es el hecho de que uno puede salir afuera y comer cualquier tipo de fruta de árboles como los de mango y coco.  Me gusta poder trabajar al aire libre y sentir la libertad que esto proporciona.  Estoy muy orgulloso de lo que mi familia ha conseguido hasta ahpra, pero me pregunto si podría llegar más lejos si me fuera a Estados Unidos.  Es una decisión muy difícil.

Nota del editor: Uno de los resultados inesperados de este tipo de proyecto es que a veces el contar su historia personal le permite a la persona reflexionar sobre su propia vida.  A veces, mientras la persona le cuenta su historia a dos perfectos desconocidos que no están involucrados personalmente con esa persona, ésta puede pensar sobre su vida y empezar a evaluar y a tomar decisiones.   Esto es lo que ha pasado hoy con Evers.  Evers está empezando a buscar dentro de sí mismo mientras habla.

Cuando Evers nos estaba contando esto último, pasaron por allí, por casualidad, los dueños de la finca y ella se dio cuenta que ésta era la razón por la cual Evers había estado un tanto extraño últimamente.  Ella había notado que algo le preocupaba a Evers pero no sabía qué era.  Era la cuestión de emigrar que tantos salvadoreños jóvenes se plantean.  ¿Quedarse o irse?  La dueña decidió hablar abiertamente con Evers después de que nuestra entrevista terminara.  Al haber sacado este tema fuera de su pecho con nosotros por primera vez y luego con la dueña, le permitió a Evers sopesar los beneficios y las desventajas de esta decisión.  Nadie tomó la decisión por él.  Evers la tomó por sí mismo.  Lo único que él necesitaba era alguien que le escuchara y que validara lo que estaba diciendo.

Gracias a nuestra entrevista, la dueña de la finca pudo continuar esa conversación y ayudarle a sentirse seguro sobre su decisión de no irse. Evers parece contento con la decisión que ha tomado.  Ahora que ya no tiene que pensar en ello, me imagino que Evers está aún más contento y trabaja mejor en su puesto como mayordomo/mandador.

 

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