Eileen Batres Giron – Spanish

 

Eileen Batres Giron

Eileen Batres Giron

 

 

 

“Me enfado cuando la gente religiosa ve la incapacidad como un dolor.  Yo la veo como una condición.  Nunca la vi como una carga.  Es una falta de accesibilidad; una falta de conocimiento.”

 

Nota del editor: Para alguien quien vive en un país empobrecido,encontrar empleo ganancioso es un desafío.  Si por casualidad esa persona tiene una inhabilidad, los desafíos se multiplican.

 

Eileen, ella misma con una inhabilidad física, estaba resulta a encontrar una manera de ayudar a la gente de bajo ingreso con inhabilidades y proveerles con un ingreso estable.  Ella fue la catalizadora quien organizó un grupo por ACOGIRI (Asociación Cooperativa del Grupo Independiente Pro Rehabilitación Integral.)  Uno de los primeros papeles del grupo hace treinta años fue desarrollar lo que todavía es Cerámicas Shicali, una cooperativa que hace alfarería y cerámica útiles creados en un local por sus artesanos incapacitados.  Los productos se respetan mucho por su cualidad y se venden por el mundo incluso tiendas10.000 Villages aquí en los Estados Unidos.  Los empleos les dan a los empleados dignidad que es evidente al ver el orgullo en sus caras al pasar por esta fábrica.

 

La desventaja se debe a las econmías que han bajado súbitamente, las ventas están disminuyendo y esto le procupa a Eileen.  Las ventas disminuídas quiere decir que tiene que ajustar el empleo de permanente a empleo parcial para muchos de sus empleados dedicados y leales.  Esto es difícil para ella y para ellos.

 

Eileen es activista que es otro aspecto de este grupo que lucha para educar y abogar por las cuestiones para mejorar las condiciones de los incapacitados.  El corazón y el alma de Eileen concuerdan con esta operación.  Ella habría podido perseguir su propia carrera de arte, pero en vez se quedó determinada a quedarse con esta búsqueda que originó.

 

Mi abuela se fugó con mi abuelo cuando tenía dieciocho años.  Murió en 1992 pero había vivido en El Salvador toda su vida.  [Nos muestra el libro de la familia de Nettie Adams Smith que relata su historia.]  Mi madre tenía 24 años y mi padre 33 cuando nací en 1949.  Mis padres todavía viven.  Había cinco hermanos en mi familia creciendo juntos en una ciudad pequeña en Ahuachapán, en el oeste de El Salvador en la frontera sudeste de Guatemala.  Cuando tuve 20 meses me contraje polio durante la epidemia de polio de los principios de los años 1950.  La vacuna contra el polio no había llegado al país todavía, y yo conocía a muchas personas con polio pero ninguno con un caso tan severo como el mío.  Muchas personas no tenían recursos para el tratamiento.  Yo fui afortunada porque mi padre era un medico joven e hizo investigaciones para asegurar que recibí la major atención posible.

 

El tratamiento era mi vida.  Cuando tenía trece años, fui a los EE.UU. para cirugía; me quedé allí cinco meses.  El resultado fue que perdí un año de escuela.  También recibí tratamientos en Warm Springs, Georgia, en el mismo sitio que el president Roosevelt.  Tuve cirugía en mi espalda y me quedé en vendaje enyesado por unos meses.  Había un grupo llamado Sobrevivientes de Polio a aquel hospital en Louisiana y nos conocimos y formamos conexiones.  Viví con mis hermanos y mi hermana quienes asistían a la Universidad del Estado de Louisiana.  Nunca estudié inglés formalmente pero lo aprendí por inmersión.

 

Cuando era niña nunca pensaba en lo que haría al madurar porque nunca pensé que llegaría a ser adulta.  Suponía que mi vida sería corta.  Las oportunidades educacionales en El Salvador eran sumamente limitadas para las personas incapacidadas durante ese tiempo.  Yo asistí a la escuela hasta el grado ocho.  A la edad de catorce mi educación formal terminó porque no había accesibilidad en mi colegio para sillas de ruedas.  Nunca recuerdo  no estar en una silla de ruedas.

 

(Fotografía)  Eileen como niña con miembros de su familia

 

Desde ese punto en adelante recibí enseñaza particular.  Otra vez, yo era muy afortunada porque mi padre era doctor y podíamos darnos el lujo de esta continua educación particular que

 

(Fotografía)  Acuarela que Eileen pintó de una localidad en su pueblo natal de su niñez

 

otros niños incapacitados no podían recibir.  Tuve inclinaciones fuertes e intereses en las lenguas y en las artes.  Tomé clases particulares de pintar con un grupo de mujeres.  Había unas personas fransesas que me enseñaron esa lengua.  Más tarde empecé a estudiar alemán.  Al progresar con mis habilidades vine a San Salvador para continuar.

 

Siendo una lectora ávida, leí con entusiasmo acerca de los países y las culturas cuyas lenguas aprendía y el arte que estaba aprendiendo.  Esto creó un deseo para visitar esos países.  Hice mi primer viaje a Europa con mis padres y mi hermano y volví a pasar unos años con una ayudante.

 

Hice viajes subsiguientes y me sentí muy familiarizada con Europa.  Había una actitud muy diferente hacia los incapacitados allí.  Mientras que yo crecía aquí en El Salvador, era mi impedimiento que se vio primero.  La gente me trataba con piedad.  Por ejemplo, me gustaba organizer fiestas y alquilamos músicos.  La gente turnaría quedándose conmigo durante los bailes para que no tuviera que quedarme sola.  Nunca me pidieron que participara.  En Europa frecuentemente me invitaban a “bailar” y participar en las actividades con los otros.  Todos me aceptaron y me ayudaron.  Nunca me defraudaron o me amenazaron en Europa.

 

Otra diferencia grande en Europa fue la accesibilidad.  No tuve ninguna dificultad en andar independientemente incluso el Metro o los ascensores y, ¡eso era hace treinta y cinco años!  Empecé a nadar y nadaba diariamente por cuarenta y cinco minutes por 300 metros.  Tengo buen uso de un lado de mi cuerpo.  Una cosa graciosa que encontré fue la sorpresa que tuvieron los europeos al ver a una joven mujer centroamericana viajando sola tan lejos de casa.  Me preguntaban con fruecuencia, «No te aman tus padres?»

 

Viviendo por Europa fue una oportunidad maravillosa para mí no solamente para estudiar y ganar independencia, sino para ser expuesta a un espectro más ancho de la gente y la ideología.  Cuando viví en París a una residencia para alumnus de intercambio por un año, tuve la oportunidad de conocer gente de todas partes del mundo con ideas revolucionarias.  Aún conocí a personas de mi propio país quienes se escapaban de las amenazas de muerte quienes me aclararon al clima politico de las cosas terrible que ocurrían allá en mi país.  Esto era el tiempo antes de email y teléfonos celulares.  En realidad, cuando yo hacía una llamada trans-atlántica a mis padres, tenía que esperar una hora por una respuesta.  A un punto pedí una posición con las Naciones Unidas en Austria.  Fue un caso donde publicaron la posición pero ya habían seleccionado a la persona que querían de antemano.  Estuve fuera del país por dos años a la vez cuando estudiaba.  Estaba muy vinculada a mi hermana y volví a El Salvador para asistir a su boda.  Creo que si me habría quedado en Europa un año más, nunca habría vuelto.  Al aprender por experiencia como las cosas PODRIAN ser mucho más fáciles que aquí en El Salvador fue la razón por la cual que usé para organizar un grupo de mis amigos para mejorar las condiciones para los incapacitados.  Yo tenía muchos amigos que eran incapacitados , y hablamos juntos acerca de como podríamos crear oportunidades de empleo para los que no tenían recursos.  Trabajamos por dos años planeando la organización que podría ser basada legalmente.  Tuvimos suerte en encontrar consultores quienes nos ayudaron a poner los pies en el suelo para aydarnos efectuar nuestras metas en vez de tener sueños que nunca podrían ser realidad.  Ninguno de nosotros sabía lo serio o lo complicado que esta tarea sería cuando la iniciamos porque no tuvimos ninguna experiencia anterior ni información básica.  Mi hermano menor fue un partidario muy fuerte.  Tuvimos todos tipos de incapacidades representados de los sordos, los ciegos, los impedidos físicamente, y amigos que eran simpatizantes con la idea.  Es como ACOGIPRI, la cooperativa, empezó en 1981.  Unos años más tarde la alfarería se llamó Shicali.  Al principio empleamos a profesionales para instruir a los trabajadores.  Más tarde los trabajadores instruyeron a los trabajadores.

 

Al principio no tuve tantas responsabilidades porque había una red más grande de buenos amigos que las compartieron.  Por los años una por una varias personas se casaron o desarrollaron otros intereses que previnieron su envolvimiento aquí.  Me quedé porque estaba obligada a los trabajadores y no podría abandonarlos.  Trabajan duro y dependen de esto para sobrevivir.  No pude continuar sola.

 

(Fotografía)  Alfarería de su almacén

 

Tuvimos mucho apoyo de organizaciones extranjeras.  Durante la guerra y después había muchas más ventas extranjeras que ahora.  Personas extranjeras estaban basadas aquí, trajeron a amigos quienes compraron aquí, y las ventas eran buenas.  Con tiempo empezaron a salir y eso afectó adversamente nuestras ventas.

 

Tantas cosas además de las oportunidades para empleo afectan a las personas con impedimientos.  Nuestra organización también trabaja en abogar y cabildear por condiciones por los incapacitados.  Desafortunadament mucho no ha cambiado ni mejorado.  Me enfado mucho cuando veo que la edad mediana aquí es 42 y muchos vinieron aquí como adolescentes.  Nunca tuvieron la oportunidad para recibir una educación.  Muchos nunca desarrollaron una lengua para comunicar con otras personas.  Y ellos no tienen la culpa.  Es una responsabilidad del estado para proveer estos servicios.  A causa de esto, no pueden conseguir un trabajo mejor.  Los empleadores tienen miedo de alquilarlos sin esas destrezas necesarias.  Estas personas pagan duro porque no tienen las destrezas.  Hay centros y agencias que dirigen aplicaciones para los incapacidados, pero si les preguntan a estas personas como los sordos cuales son los resultados, les dirán que muy, muy pocos se emplean.  Se desaniman mucho.  Me enfado cuando la gente religiosa ve la incapacidad es como un dolor.  Yo la veo como una condición.  Nunca la vi como una carga.  Es una falta de accesibilidad; una falta de conocimiento.

 

Me frustro al ver unas inequidades en cuanto al tratimiento de los incapacidados en este país.  Por ejemplo, los que se incapacitaron a causa de la guerra civil se les dio apoyo por el tratamiento de sus heridas a causa de los Acuerdos de Paz en la forma de cuidado de salud, jubilación, y ayuda técnica.  Esto es injusto para los en el sector civil de la sociedad quienes pueden tener incapacidades de toda la vida y no reciben ningún apoyo cualquier del gobierno.

 

El sistema de impuestos de nuestro negocio aquí es sin equidad.  Si nuestro ingreso hubiera quedado al mismo nivel como fue hace dos años, yo no tendría quejas porque podríamos pagar a nuestros empleados y nuestros impuestos.  Sin embargo, solo estamos sobreviviendo escasamente económicamente.  El gobierno local quiere que paguemos los impuestos al mismo nivel.  Estoy escribiendo cartas para tratar de explicar que comprendo que necesitamos pagar impuestos, pero ahora frecuentemente no podemos pagar a estos empleados su sueldo entero a causa de la caída de ventas y esto es su única fuente de ingreso.  ¿Podrían ponernos en una categoría diferente?  Tengo que tener cuidado porque el gobierno local podría venir y llevarse este edificio dejando a todos nuestros empleados sin recursos para sobrevivir.

 

Nunca hemos intentado promover nuestros productos desde el punto de vista que fueron hechos por artesanos incapacitados.  En vez, intentamos vender la idea que éstos son un producto local de alta calidad hecho por personas locales y que el producto es seguro y que se puede usar en la casa.  En el pasado vendimos muchos de nuestros artículos en Italia, pero su economía está sufriendo.  Lo mismo ocurre en los EE. UU. a causa de la depresión de la economía.  Tenemos que encontrar otros mercados y necesitamos más apoyo.  Tratamos de guardar a nuestros trabajadores, pero si se van, no podemos reemplazarlos.

 

Hacía 24 años que tenía una relación con un hombre que terminó con una separación.  Cuando terminó, yo pensé, ¿cómo voy a vivir sola?  Era la mejor cosa que me podia haber pasado porque me devolvió mi fuerza.  Yo me dependía demasiado de él.  Yo tenía 57 años y empezaba de nuevo.

 

Casi todos nos envejecemos y desarrollamos dificultades.  A veces me desanimo porque tengo problemas de salud de que tengo que tratar.  Hace diez años tuve cáncer de seno, y el pensamiento que esa enfermedad puede reaparecer nunca le deja.  Tengo una enfermedad del hígado y tengo que revisar minuciosamente mi dieta y tengo que evitar ciertos alimentos.

 

Esto no quiere decir que todavía no tengo sueños.  Me gustaría viajar a Bolivia.  La gente allí parece hacer un esfuerzo intencional para guardar su cultura.  Lo que me interesan más son sus artes nativas que me gustarían ver porque de mi interés en el arte.  Además de mantener nuestros alimentos de maíz, nosotros, los salvadoreños, hemos sido influídos tanto por América que hemos perdido mucha de nuestra cultura tan rica y sus tradiciones.

 

(Fotografía)  Acuarela que Eileen pintó de una localidad en su pueblo natal de su niñez

 

Nunca perdí mi amor por pintar y a veces me pregunto si hubiera continuado desarrollando esas destrezas si hubiera sido una pintora famosa hoy.  Unos que empezaron al mismo tiempo que yo se han hecho famosos.  Puedo pasar dos años sin tocar un pincel, pero siempre vuelvo a la acuarela y los oleos.  Tengo una pequeña finca de café que es bastante suficiente para sumergirme y ganarme la vida.

 

Yo sé que he realizado mucho en mi vida.  El establecer de la cooperativa me da mucha alegría profesional.  En 1978 cuando el negocio arriesgado empezó, la mayoría de los incapacitados se quedaron en casa toda su vida.  Hay mucho que hacer.  La habilidad de poder viajar independientemente me da mucha alegría personal.  Fui criada católica aunque no participo.  Leo la Biblia mucho y medito al estilo oriental.  Estas cosas me recuerdan que nuestras vidas son transitorias.  Creo que me gustaría que mi epitorio dijera algo como:

 

NO TIENES QUE CAMINAR PARA VOLAR

 

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