Donal Monroy – Spanish

Donal Monroy

Spanish translation provided by Profesora Espanol Jeanette Fogarty

<< Descubrí una teología de vida en medio de un terremoto! >>

Una nota del editor: La fecha, el 13 de enero de 2001, está grabada en mi banco de memoria de cualquiera que viviera en El Salvador en ese momento. La magnitud del terremoto 7.6 (o 7.9) en la escala Richter causó grandes pérdidas de vidas (casi 1,000 y destrucción masiva de propiedades.  Aquí está la historia  de BBC que apareció ese día.

http://news.bbc.co.uk/onthisday/hi/dates/stories/january/13/newsid_2554000/2554149.stm

Las historias de supervivencia de innumerables amigos nuestros son generalmente actos heroicos fuerza física y grupos de individuales y comunitarios que trabajan juntos para ayudar en las secuelas.

La historia de Donal es un poco diferente. Parece que el terremoto llegó cuando tenía 27 años y comenzaba a sentir un llamado al ministerio. Esta experiencia de ayudar después de la crisis del terremoto <<agitó>> la espiritualidad de Donal y  se pusiera en acción. Pronto después entró en el seminario.  Él sigue sintiéndose una llamada más fuerte al ministerio cada día.

Mi familia apoya a mi llamada al ministerio.  Soy uno de seis hermanos que nacieron en el departamento más occidental del país, Ahuachapan en la frontera con Guatemala, y fui criado luterano.  Mi papá quería llamarme Ronald en honor a Ronald Reagan, pero cometió un error.  Ahora vivo en uno de los departamentos del este, San Miguel, en un cantón pequeño llamado Piedra Azul.

De niño siempre disfruté de los deportes – particularmente montar a caballo y  de toros – amé toda la creación de Dios, que encuentro preciosa – las montañas, los ríos y que todavía paso tiempo visitando.  Algunos de esos primeros intereses siguen impulsando mis ministerios hoy.

Conocí a mi esposa, Roxana, en 2004 como un miembro de los jóvenes luteranos.  Comenzamos a salir y luego nos comprometimos antes de vivir juntos y planificar nuestra vida matrimonial.

La vida no ha estado sin dificultades. Roxana y yo hicimos la decisión de tener dos hijos. Cuando ella se embarazó con nuestro primer hijo y estaba estudiando trabajo social en la Universidad Luterana, los médicos le diagnosticaron una afección cardíaca. Esto requirió que ella abandonara la escuela para recibir tratamiento.  Aunque los médicos sintieron que el bebé no estuviera en riesgo, esto no era cierto. Roxana dio a luz a nuestro hijo cuando solo estaba embarazada de 5 meses.  Los médicos nos dijeron que no viviría porque no estaba suficientemente desarrollado.  Fue colocado en la UCIN por 3 meses debido a un desarrollado pulmonar inmaduro, etc.   Por lo que consideramos un milagro, nuestro hijo vivió.  Después de que fue dado de alta   del hospital, nuestras vidas giraron en torno a los horarios de sus muchas terapias.  Ahora sigue teniendo problemas de coordinación residuales, pero tiene una gran personalidad y lo amamos.  Ocho años más tarde, teníamos una niña que no tenía ningunas dificultades neonatales ni de nacimiento.  Damos gracia por nuestros 2 hijos.

Involucrarse en ayudar a los afectados por el severo terremoto de 2001 que golpeó inesperadamente a El Salvador fue el momento decisivo que me impulsó hacia el ministerio.  Sentía el llamado a servir, pero cuando comencé a trabajar con tantos dentro y fuera de la iglesia en un esfuerzo coordinado fue lo que selló el trato conmigo.  Fue ver a Cristo y la vida como el centro de la doctrina de la teología de la vida puesta en acción para mí.

Sabía que quería convertirme en pastor, pero no tenía a nadie que me patrocinara en la capacitación en teología de la Universidad Luterano y así pagué el equivalente a las tasas de matrícula fuera del país durante tres y medio años por mi cuenta. Pagué esto trabajando en la oficina del sínodo luterano como cuidador de los edificios. El Obispo Gómez me pagó.  Tomé cursos adicionales en Alemania, Honduras, Costa Rica y Guatemala.  Mi especialidad fue la Psicotraumatología y el rol de pastor.

Tres cosas me atrajeron dentro de la iglesia luterano en términos de mi deseo de servir en ella: (1) ver [observar lo que está sucediendo, (2) juzgar [testificar], (3) actuar {sobre cómo ayudar].

La base de mi ministerio se relaciona con estas tres características.  Por ejemplo, ahora mismo tengo dos metas principales en mi ministerio: (1)   empoderar a los jóvenes  y (2) prevenir la violencia. se basan en lo que veo/observo, en lo que estoy juzgando o presenciando que debe suceder, y en cómo siento que debemos actuar en consecuencia.

Al vivir en una comunidad pobre en la que mayoría de la gente se gana la vida con la agricultura, la mayoría de los jóvenes asiste  a la escuela hasta el sexto o noveno grado y luego renunció para ayudar a sus familias a trabajar en el campo. Los miembros de la congregación y yo estamos trabajando para capacitar a los jóvenes para que tengan una visión más amplia, emprendedurismo,  de lo que pueden ser más allá de las expectativas de la vida en el campo.  Una de mis estrategias ha sida utilizar a los profesionales dentro de la congregación – un profesor, un sociólogo, un legislador – como modelos de profes89hesa las que podrían aspirar en términos de mejorar su comunidad y ver la visión de Dios para ellos.  Es ver más de una opción en su vida.  Como resultado, tenemos un niño trabajando en comunicaciones, una niña teología y otro en ingeniería.  Todos están recibiendo apoyo financiero de diversas fuentes, por lo que estamos comenzando a cosechar algunos beneficios. A su vez, sirven como catalizadores para otros.  Un estudiante se convirtió en barbero, quien recibió sus herramientas del oficio de Lutheran World Relief, otro estudiante se dedicó a la cosmetología y un tercero trabaja en el turismo hotelero.

 Un problema más allá de motivar a las estudiantes es uno práctico – el costo.  Además de la matrícula, los estudiantes rurales tienen la desventaja de tener que cubrir los costos adicionales de transporte y comidas para llegar a las ciudades donde se reúnen sus clases. Incluso un simple $6 al día multiplicado durante un mes suma $120 que es una tarifa asombrosa y un costo prohibitivo para la mayoría de los jóvenes salvadoreños de las zonas rurales sin un patrocinador.

Abordar el segundo gran objetivo de mi ministerio para prevenir la violencia incluye trabajar CON las pandillas en lugar de evitarlas.  De hecho, damos la bienvenida a miembros de pandillas de fuera de la comunidad para que se unan a nosotros.  Mantenemos a nuestra juventud ocupada creando opciones como deportes y brindando un ambiente de paz. Trabajamos con líderes comunitarios en tres otras áreas geográficas para planificar y diseñar nuestros esfuerzos para ser coherentes en nuestro enfoque.  Entendemos que hay varias razones que algunos jóvenes se unen a pandillas y vemos que nuestro papel es trabajar con ellos en lugar de ser adversarios.  Ofrecemos actividades y perspectivas positivas como opción.

Además de nuestra iglesia “Jesús es Amor” Luterana en mi comunidad de Piedra Azul, hay un Iglesia Asamblea de Dios, una Iglesia Católica Romana y un Iglesia de los Testigos de Jehová. Nuestra iglesia consta de 70 familias con alrededor de 100 fieles en un domingo promedio. Algunas iglesias salvadoreñas no aceptan una ofrenda, pero he tratado de crear una conciencia dentro de nuestra congregación de dar. Los miembros son pobres pero dan lo suficiente para cubrir el costo del vino y el pan para la Santa Comunión, así como algunas otras necesidades básicas dentro de la iglesia.  Un comité administra las ofrendas; el pastor nunca ve el dinero.  Cada tres meses el comité comparte cómo se gastan las ofrendas.  Todo es muy transparente.  Eso es lo que me enseñaron en seminario.

 Nuestra iglesia tuvo una vez una congregación hermana fuera de Milwaukee, Wisconsin.  Ambas congregaciones firmaron un convenio de apoyo.  Sin embargo, creo que el pastor de esa iglesia se fue y la relación ya no existe.

Cuando se le pidió que reflexionara sobre sus dones, la respuesta de Donal fue <<servicio, espiritualidad, y compartir. >>  Mis esperanzas para mi iglesia son seguir creciendo y permanecer unida. Mis esperanzas para mi país son que un líder resuelva los problemas de violencia. 

Siento que los mayores activos de El Salvador son su gente resiliente y la buena gente. Incluso las personas ricas pueden ser buenas de corazón, incluidas aquellas como el alcalde de San Salvador, Nayib Bukele, que dona su salario a unas becas en lugar de aceptarla.

Una nota del editor: Le preguntamos a prácticamente TODAS las personas a las que entrevistamos cómo creen que se debe manejar la situación de las pandillas. Algunos quieren que los militaros  los exterminen.  Otros quieren que los arrojen a todos a la cárcel y tirar las llaves. Algunos quieren reformarlos.  Otros esperan que los militares o los líderes electos encuentren una solución viable. Algunos quieren evitar su territorio.  Algunos simplemente pagan la tarifa de extorsión que exigen las pandillas para poder sobrevivir.

Donal es la PRIMERA persona que fue tolerante con su existencia; comprensión de la existencia de los que se unen; y dar la bienvenida a ellos a las actividades de los jóvenes de la iglesia como una opción para los pandilleros.  Él y sus tres colegas que trabajan juntos están usando el modelo de misión de acompañamiento. Éste fue un enfoque tan refrescante. Uno solo puede desearles éxito.

Pastor Emeritus Donald Seiple, Donal Monroy, Luis Leonard

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