Ricardo Barrera – Spanish Version

RICARDO ADALBERTO BARRERA CAMPOS

 

“He hecho un esfuerzo consciente para dedicarme a trabajar como voluntario en proyectos para mejorar e incrementar el nivel de vida de las comunidades marginadas.”

Nota del Editor: Entrevistar a Ricardo en persona fue como entrevistar al hombre detrás de la leyenda. Yo había oído muchos comentarios positivos acerca de su obra caritativa tales como “Este tío tiene un corazón de oro para su gente.” Hace un par de años vi los resultados de ese trabajo en la instalación de un panel solar que el diseñó. Mi siguiente contacto con Ricardo fue a través de una entrevista en Skype sobre un proyecto de agua y saneamiento. Por último, en Enero de 2014, tuve la dicha de encontrarme con Ricardo varias veces tanto formal como informalmente. Y ya tenemos planes para reunirnos en nuestro próximo viaje a El Salvador.

Encuentro a este gentil hombre de hablar suave y amable, sorprendentemente talentoso y competente, demasiado modesto. Lo que mas me llama la atención es su profunda devoción a dedicar voluntariamente tanto su tiempo como sus conocimientos a las necesidades de los miembros de comunidades marginadas en situación de gran necesidad.

Dos personas en mi vida han impactado tanto mi vida personal como mi carrera profesional.  La primera es mi madre, Rosa Aminta. La considero algo más que una madre biológica. Ella es también mi amiga, mi compañera, y la abuela que adoran mis niños. Los valores que me enseñó son los valores que yo intento instilar en mis propios hijos. Ella siempre confía en mi. Me anima a ser un profesional honesto. Ella me recuerda que debo mantener los pies en la tierra y centrarme en mi realidad.

Ricardo’s family in La Laguna Park.

La familia de Ricardo en el Parque de La Laguna

La segunda persona que ha influido en mi vida es uno de mis compañeros profesores de la Universidad Nacional llamado Alfredo Favrin, quien me enseñó diseño y planeamiento del hábitat rural. Como parte de nuestra clase de planeamiento del hábitat rural, nos llevó a la Comunidad de Cinquera (una comunidad campesina) para realizar labores de voluntariado. Esa experiencia me enseñó a ser un mejor profesional y ha mejorar las condiciones del hábitat de la población rural. Vi que este trabajo es vital para mejorar tanto las vidas de la gente de esas comunidades  como las condiciones del país como un todo.  Desde esa experiencia universitaria he hecho un esfuerzo consciente para dedicarme a trabajar como voluntario en proyectos que mejoren e incrementen el nivel de vida de las comunidades marginales. Realmente siento una gran pasión por este trabajo. El Profesor Favrin vive actualmente en el norte de Italia, pero todavía estamos en contacto.

Nací el 21 de Febrero de 1969. Tanto para mi hermano y mi hermana como para mi, nuestra infancia fue muy feliz, siempre estuvimos rodeados por nuestros padres, montones de primos, tíos, tías, abuelos, y amigos. Mi Hermana vive ahora en Bogotá, Colombia, con su marido y sus dos hijos, Carlos David y Daniela.

Mi fe sigue siendo una parte importante de mi vida personal y familiar. Fui criado como Católico Romano y asistí a una escuela Católica situada cerca de la Catedral Nacional, donde Monseñor Romero predicaba sus homilías y donde he visto al Papa Juan Pablo II.

La Guerra civil en nuestro país empezó cuando yo tenía once años. Un oscuro día de 1980, mis abuelos recibieron la noticia de que mi tío Juan, un estudiante de la Universidad Nacional, había sido señalado por los escuadrones de la muerte ya que era sospechoso de ser un miembro de la guerrilla (esta fue una acusación muy común para cualquier estudiante universitario durante la Guerra), afortunadamente la persona designada para cometer el crimen era un amigo de mi abuelo y gracias a este aviso, mi tío fue capaz de conseguir un billete de avión para abandonar el país y viajar a los Estados Unidos en mismo día que fue sentenciado a muerte. Con el tiempo se convirtió en ciudadano de los Estados Unidos y visita anualmente El Salvador.

Algunos de los amigos que hice en la escuela secundaria continúan siendo mis amigos hoy en día. Después de que se firmaran los Acuerdos de Paz de 1992, varios de los miembros de mi familia que habían abandonado el país, pudieron regresar.

Para cuando estuve preparado para asistir a la universidad, la Universidad estaba a salvo de las amenazas militares, e incluso me dieron una beca en la Universidad Nacional para formar parte del equipo de JUDO. Mientras estaba haciendo cursos de ingeniería, me recomendaron que también sería útil saber arquitectura por lo que también obtuve una licenciatura en arquitectura. Para mi trabajo final escribí un plan de desarrollo para la comunidad Mejicana situada en el borde de San Salvador, donde 30.000 personas pobres viven en un espacio de 1 km cuadrado. Me puse en contacto con los dirigentes del lugar y les explique el plan; que se lo llevaron al Alcalde, quien fue capaz de obtener financiación para el servicio de agua.

Un día muy feliz para mí fue cuando nació mi hija Xenia, nació poco después de la firma de los Acuerdos de Paz, vive con su mamá y yo la visito semanalmente y contribuyo a su educación tanto como las condiciones me lo permiten. Mi esposa, Kryssia, y yo tenemos dos niños, Ricardo Jr, (7) y Carlos Mauricio (4), quien debe su nombre a mi hermano y a su abuelo, mi suegro. Kryssia trabaja en un laboratorio médico y nuestros niños asisten a escuelas privadas ya que no hay escuelas públicas cerca de nuestro hogar. Como diversión me gusta jugar al béisbol con mis hijos y pescar en el océano.

Tengo mi propio negocio y ahora tenemos un contrato con el gobierno para un proyecto en un municipio. El 75% de mi tiempo lo ocupo haciendo mi trabajo remunerado y el otro 25% lo dedico a proyectos de trabajo voluntario relacionados con comunidades pobres. A menudo llevo a mis hijos conmigo para que se familiaricen con estas maravillosas personas y darles buenos valores como la honestidad. Quiero que ellos vean nuestra realidad y las condiciones en las que la población rural tiene que vivir. Me encanta todo lo de mi país, pero me gustaría que hubiera más seguridad para hacer frente a la delincuencia.

Ricardo with older son, Ricardito.

Ricardo con su hijo mayor, Ricardito

Algunos ejemplos recientes de mis proyectos profesionales “voluntarios” incluyen la instalación de paneles solares en Puente Azul con el grupo de Indiana, el proyecto de agua y saneamiento en Metalillito con los grupos internacionales del Rotary Club, las reparaciones a la Casa Concordia en San Salvador, y allí mismo otros proyectos para María Trinidad, que sirve a los sin techo.

Aunque no tiene nada que ver con mi trabajo de ingeniería y arquitectura, me gusta el voluntariado y también contribuyo con algunos amigos a otros esfuerzos comunitarios. Ayudo a mi amigo Kiki a servir comidas a las personas sin techo en el centro de San Salvador, y también colaboro en algunos proyectos de prevención de desastres en San Pedro Masahuat, donde vive un amigo mío que es pobre. Ser perfeccionista esta en mi carácter, pero no estoy seguro de que eso sea una fortaleza o una debilidad. El Alcalde de Suchitoto elogio todo el trabajo de arquitectura en que estuve involucrado para su ciudad.  Me siento capaz de relacionarme con cualquiera que necesite amigos.

Rotary of San Salvador & Mechanicsburg, PA follow Ricardo and community leader.

El Rotary de San Salvador y Mechanisburg, Pensilvania sigue a Ricardo y al líder comunitario

Hace un año empecé a impartir clases mensuales en la Universidad de San Miguel, compartiendo mi experiencia como desarrollador local en muchos municipios. La Universidad quiere que ahora enseñe “Políticas Locales” y “Políticas de Inversión Pública”. Cuando me haga mayor me veo mas dedicado a la enseñanza y a la escritura.

Me veo como alguien que puede colaborar en dar oportunidades a la gente humilde y hacer de mi país un lugar mejor para las generaciones futuras. Algunos días sueño con abrir una pequeña empresa que proporcione energía solar o algo con visión ecológica que mis hijos puedan continuar.

Nota del Editor: Ricardito de siete años nos acompañó a la comunidad de Metalillito.

Él se sintió en su casa junto con los otros niños de la comunidad. Espero que tanto él como su hermano se contagien de la pasión de su papá para trabajar con las comunidades rurales. Sería bonito ver a Ricardo colgar la placa de su sueño empresarial.

Barrera e hijos, Energía Solar y Proyectos Ecológicos

Escrito por Carolina Sheaffer para embracingelsalvador.org

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